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Ante el cerco informativo, cada uno de nosotros será un medio de información. Ante el engaño y la manipulación nos haremos cargo de abrirle paso a la verdad.






diciembre 18, 2011

El irresponsable


Luis Javier Garrido

La multiplicación de las acusaciones y señalamientos al gobierno panista por los crímenes de Estado cometidos en los pasados cinco años ha cogido desprevenido a Felipe Calderón al iniciar su último año de gobierno, y no parece acertar a otra cosa más que a asumir una actitud defensiva para invocar su irresponsabilidad por lo acontecido, arrojar a otros las culpas, manifestar su desconocimiento sobre muchos de los aspectos de su “guerra contra el narco” y clamar una y otra vez que él es el representante de las fuerzas del bien que luchan contra el mal.

1. El inicio del último año del sexenio de un gobernante mexicano ha estado marcado siempre por su pérdida de poder político y por la emergencia del descontento popular acumulado durante cinco años, y el de Calderón no está siendo la excepción, pues a pesar del clima de amedrentamiento en el que sustentó su gestión, los actos represivos que caracterizaron su administración –que no tienen precedente en la historia moderna de México–, a pesar de haber sido presentados mentirosamente a la opinión nacional, empiezan a ser hoy objeto de investigaciones independientes y de una condena sin concesiones.

2. Los bárbaros actos de exterminio que horrorizaron durante cinco años a los mexicanos, y que el gobierno panista con cínico desparpajo atribuyó siempre al crimen organizado, es decir a los cárteles del narcotráfico, está siendo hoy reconocido que son también imputables al gobierno federal.

3. La pretensión de desconocer muchos aspectos de lo que está aconteciendo durante la llamada “guerra contra el narco” no exonera desde luego de sus responsabilidades políticas y penales a Calderón, sino que por el contrario brinda nuevas evidencias sobre su papel al aceptar que la conducción de las operaciones policiaco-militares que se llevan a cabo en territorio mexicano estuviera a cargo de agencias estadunidenses que evidentemente no le informarían de sus acciones, por lo que el escenario para hacer a México el objetivo de una intervención sigue avanzando. Un pánel de la Cámara de Representantes aprobó ayer un plan de contrainsurgencia para México a fin de combatir a los cárteles de las drogas como organizaciones terroristas: lo que han estado fraguando desde hace meses los halcones de Washington con la complicidad de Calderón y los panistas. La cesión de facultades constitucionales a un poder extranjero no es nada más por lo mismo un acto de irresponsabilidad, sino también de traición a la patria.

4. Las preguntas que se pueden hacer sobre las consecuencias de esta guerra evidencian que no se puede eximir de responsabilidad por lo anterior al titular de facto del Ejecutivo ni a los funcionarios federales. ¿Quiénes han sido los autores de los homicidios, secuestros e innumerables matanzas de los últimos años? ¿Las fuerzas del mal, como pretende demagógicamente Calderón, y lo repiten los medios, o cuerpos de la Marina Nacional o del Ejército? ¿O los paramilitares oficiales creados por el gobierno calderonista conforme al modelo colombiano, en el marco de la Iniciativa Mérida y siguiendo las directrices estadunidenses?

5. Entre el dilema de aceptar la complicidad por actos criminales de Estado o invocar una ignorancia sobre lo que está aconteciendo en el escenario de violencia generado por su gobierno, Calderón está ahora optando por esto último, lo que no lo exime desde luego de nada. La declaración hecha en Washington por Alejandra Sota (vocera de Los Pinos) el domingo 11, en el sentido de que el gobierno calderonista desconocía que la DEA lavaba dinero en México, como lo informó The New York Times días atrás, no hace más que evidenciar más a un gobierno al margen de las decisiones fundamentales que alguien está tomando en la “guerra contra el narco”.

6. La minimización de la gravedad de los hechos por parte de Calderón no parece ser tampoco una salida airosa ante la acusación que se le formuló a él y a su gabinete de seguridad en la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya (Países Bajos) por los delitos de lesa humanidad que presuntamente han cometido durante su guerra contra el crimen organizado, denuncia que lo puso tan desasosegado que está cambiando su versión sobre lo que pasa. Los medios quedaron sorprendidos de que en sus intervenciones cotidianas, los días 8 y 9 de diciembre, como anunciando que en ese argumento basaría su defensa de ser procesado por algún tribunal internacional, reconoció fallas en su estrategia y culpó al Ejército de violaciones a los derechos humanos, aunque pretendiendo minimizarlas (como si esto fuera posible) y reducirlas a casos esporádicos: pues son la excepción, dijo, y no la regla (La Jornada, 9 de diciembre).

7. La decisión de arrojar a otros la responsabilidad por los actos del gobierno federal no es tampoco nueva y no extrañan por eso los dimes y diretes que se han producido luego del homicidio el 12 de diciembre de dos jóvenes estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa (Guerrero) en la Autopista del Sol al pretender desalojarlos, pues de acuerdo con la versión de ellos mismos estuvieron sometidos al fuego cruzado de la Policía Federal y de los cuerpos policiacos estatales. El gobierno calderonista busca sin embargo sacar raja del crimen, y pretende a la vez autoexonerarse y apoderarse del gobierno guerrerense si logra defenestrar al gobernador Ángel Aguirre, cuando lo cierto es que son tan culpables éste como los funcionarios federales, que tenían una doble responsabilidad del operativo: por producirse en una carretera federal y por el hecho de que en el convenio de Guerrero Seguro, suscrito en octubre, el control de la seguridad estatal quedó a cargo del gobierno federal.

8. El crimen de la Autopista del Sol ha suscitado una indignación nacional inesperada no nada más por haberse asesinado a sangre fría a dos jóvenes estudiantes, sino porque los videos con los que ambas partes buscan culpar a la otra no hacen más que evidenciar que el gobierno federal y el estatal se comportaron de la misma manera, y que el poder que gobierna a México tiene una naturaleza criminal. La muerte de los estudiantes guerrerenses pone en la reflexión nacional a los cientos de miles de muertos en este sexenio que son imputables a las fuerzas del Estado, porque el crimen organizado se halla también en el poder público.

9. El ministro en retiro de la Suprema Corte Juventino Castro y Castro, con gran valor civil señaló en días pasados durante una entrevista en La Jornada (11 de diciembre) lo que todo mundo empieza a conocer pero que pocos se atreven a decir: que el negocio del narco pasa por los intereses del gobierno. Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública, quien está protegido por Washington (y por Calderón) es parte de un equipo, dijo Castro y Castro, ligado a los cárteles.

10. El gobierno de facto, de acuerdo con múltiples evidencias, está involucrado a todas luces con el negocio del narcotráfico y es un actor fundamental en las represiones y crímenes de estos años, por eso no es suficiente el ¡Ya basta!, sino que urgen acciones ciudadanas más decididas.


noviembre 20, 2011

Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda en 2012


La bruma


Luis Javier Garrido

¿Adónde va México, adonde el pueblo lo reclama para salir del proceso de degradación al que lo han llevado quienes gobiernan, o a proseguir hundido en el actual escenario de desastre?

1. El fin anticipado del sexenio de la ultraderecha panista está marcado por una serie de fracasos personales de Felipe Calderón, que lo sitúan ante la disyuntiva de a) seguir gobernando, como ha hecho en estos cinco años –violentando los derechos de los mexicanos y haciendo trizas lo que queda de la institucionalidad–, o b) rectificar y aceptar que los mexicanos no aceptan la imposición de nuevas contrarreformas ni las manipulaciones con las que las fuerzas de la derecha manchan desde ahora el proceso electoral y reclaman su derecho a decidir en 2012 el gobierno que quieren. Y los signos son en el sentido de que el grupo de Los Pinos va a seguir con sinrazón y por la fuerza tratando de imponer su voluntad.

2. El quinto año de la segunda administración panista termina en una debacle en todos los órdenes para Calderón, el PAN y el Yunque, que los medios buscan ocultar, y de la que no parecen conscientes. El miércoles 9, Human Rights Watch dio a conocer su Informe sobre México, condenando al gobierno por su violación sistemática a los derechos humanos con su “guerra contra el narco” y le demandó respetar la Constitución. El viernes 11, tras de que el titular de Gobernación, Francisco Blake, pereció trágicamente al desplomarse su helicóptero, el gobierno se enredó en explicaciones absurdas evidenciando desconocer el origen del siniestro y alentando especulaciones sobre un posible atentado. El domingo 13 quedó sellado el fracaso de Calderón en su tentativa de imponer por medios ilegales a su hermana Cocoa en la gubernatura de Michoacán. El martes 15 se hizo oficial que Andrés Manuel López Obrador será el candidato presidencial de las fuerzas progresistas en 2012, a pesar de la campaña oficial tratando de imponer a Marcelo Ebrard, candidato a modo para el poder. Y el miércoles 16, el tribunal electoral rechazó el dedazo impuesto por Calderón al PAN a fin de poder designar a una serie de candidatos blanquiazules en 2012.

3. La reacción de Los Pinos ante los acontecimientos es de absoluta irracionalidad, y Calderón se encargó el miércoles 16 de exigir al Congreso que le apruebe las contrarreformas de corte neoliberal que ofreció a las fuerzas trasnacionales y que buscan el desmantelamiento de la nación (entre ellas, la contrarreforma neoliberal y la aprobación de una Ley de asociaciones público-privadas) y amenazó con profundizar sus políticas de violencia militar en los meses que le restan, lo que ha abierto conjeturas incluyendo la posibilidad de que la ultraderecha en el poder violente el proceso de 2012.

4. La muerte de Blake Mora, cuyo helicóptero cayó en circunstancias inexplicables la mañana del día 11 cerca de Ayotzingo (estado de México), con varios de sus colaboradores, fue enfrentada desde Los Pinos al igual que la de su predecesor Juan Camilo Mouriño, tres años atrás, con una actitud defensiva, que mostró un gobierno apanicado de que se interpretase que el funcionario había sido ultimado en el contexto de la “guerra contra el narco” por una fuerza más poderosa que el gobierno, y si aquella se atribuyó en 2008 a una turbulencia, ésta se debió a una nubosidad inherente a la bruma permanente del lugar, sostuvo Dionisio Pérez Jácome Jr. (titular de Comunicaciones), en por lo menos cinco conferencias de prensa, lo que no aclara nada.

5. Un gobierno que no fue electo por los mexicanos y que ha actuado en la nubosidad de la ilegalidad a lo largo de cinco años, entregando el control del país a agencias estadunidenses, subastando recursos estratégicos a las multinacionales a las que se halla asociado, cancelando los derechos del pueblo al que ha amedrentado con las fuerzas armadas, fortaleciendo con recursos del Estado el poderío financiero y material del clero católico y enriqueciendo con negocios turbios a una mafia de allegados impunes, muy difícilmente podría actuar de otra manera en los meses que le quedan por los intereses que representa.

6. Las interpretaciones sobre lo que acontece se han multiplicado en estos años, y existe consenso creciente sobre el hecho de que al seguir instrucciones de Washington y desatar una violencia irracional para poder entregar el control del país a agencias estadunidenses y profundizar el modelo neoliberal que permite a las multinacionales adueñarse de los recursos básicos de México, el gobierno de Calderón buscó enquistarse en el poder, otras interpretaciones ponen el acento en los rasgos sicológicos de quienes gobiernan. Así han aparecido libros que alertan sobre el perfil sicológico de Calderón y su vocación mesiánica de enfrentar al mal que para él se halla en la izquierda, en el PRI y en todas las fuerzas ajenas al PAN y al Yunque, lo que abriría nuevos riesgos al país en 2012.

7. La reacción oficial tras las elecciones de Michoacán, en las que Calderón no pudo impunemente imponer a su hermana la Cocoa, a pesar de utilizar de manera ilegal los recursos logísticos, materiales, económicos y mediáticos del Estado para violentar la voluntad popular, es un indicador de ese desfase de la realidad que tienen los gobernantes blanquiazules y de sus desviaciones emocionales que los llevan a afirmaciones más irresponsables: fue el crimen organizado, repiten en abierto berrinche los voceros del calderonismo, el que impidió que la hermana del Ejecutivo de facto no pudiera llegar a la silla de gobernadora.

8. México se halla ante la posibilidad de un debate abierto en 2012 sobre el país que queremos para remontar el proceso de degradación. Enrique Peña Nieto, casi seguro abanderado del PRI, debe proponer el proyecto neoliberal que busca encabezar en esta etapa y debe ser confrontado con el proyecto alternativo que propone para el futuro López Obrador, candidato de las fuerzas electorales de izquierda. Mal haría el gobierno de ultraderecha, que no parece tener candidato ni proyecto, al tratar de impedir a los mexicanos que decidan en libertad y tratar de entorpecer el proceso electoral, ya de suyo deficiente, con nuevos actos de violencia.

9. Al ser entrevistado AMLO por Joaquín López Dóriga durante 13 minutos, tras recordar el papel de Televisa en los últimos cinco años, cerrándole el acceso a él y al movimiento que representa y tratando de imponer la candidatura de Peña Nieto, hizo votos por que esta situación se rectifique y los medios actúen en el futuro en este proceso con responsabilidad y apego a la ley, pero sobre todo con la convicción de que los mexicanos tienen el derecho a decidir.

10. Mal haría por la gravedad de la situación actual el gobierno al empecinarse en seguir actuando de manera atrabiliaria y sin escuchar el clamor de ¡Ya basta! que le espetan los mexicanos demandando que impere en México la razón frente a la violencia de la ultraderecha, y que pueda haber, con vistas a 2012, una libre discusión de las ideas.

octubre 31, 2011

México-EU: ¿New deal con AMLO o marines en Chapultepec?


México-EU: ¿New deal con AMLO o marines en Chapultepec?
Jaime Avilés

¿Qué tienen en común el PAN y el Partido Demócrata de Estados Unidos? Ambos saben que son nulas sus posibilidades de ganar las elecciones presidenciales en 2012, a menos que den un golpe superespectacular que cimbre al mundo. Obama resultó un fiasco en lo político, en lo económico, en lo social y en lo militar. Para tratar de quedarse cuatro años más en la Casa Blanca se echó a los pies de Israel, de Wall Street y de Hillary (valga la redundancia).
Nada sugiere, sin embargo, que tanta obsecuencia le haya servido de nada. La gente que votó por él lo detesta. Los fascistas del Tea Party lo desprecian y cuentan los meses que faltan para pasarle por encima. Obama, pues, necesita desesperadamente hacer algo en grande. No pudo ganar la guerra en Irak ni en Afganistán, así que mejor sacará a sus tropas de esos desiertos. ¿Para mandarlas a dónde?
A lo largo de esta semana, el New York Times (NYT) y el Washington Post (WP) dedicaron sus principales noticias de primera plana a México. El WP descubrió que durante el sexenio de Felipe Calderón se duplicó la producción de mariguana, y la de amapola alcanzó un auge tal que México es ya el segundo exportador mundial de heroína, sólo por debajo de Afganistán. (Recuerden que cuando los talibanes tomaron el poder en Afganistán, la amapola fue erradicada casi por completo, pero las cosechas volvieron a normalizarse en cuanto llegaron los marines).
A su vez, el NYT confirmó que todos los órganos de seguridad de Estados Unidos se mueven a su antojo por territorio mexicano, y que han establecido estaciones(¿eso significa centros de espionaje y de mando?) en todo el país. Sendos rotativos quieren suponer que la heroica decisión tomada por Calderón al declarar la guerracontra (jaja) el narco en 2006, obligó a las fuerzas armadas mexicanas a concentrar sus esfuerzos en las ciudades, pero descuidó el campo, y por eso los cultivos de mariguana y amapola crecieron exponencialmente.
Los dos influyentes periódicos recalcaron la “amenaza contra la seguridad interna de Estados Unidos que representa la alianza de Los Zetas con los terroristas islámicos”. Y, al respecto, sacaron a relucir el recién desmantelado complot entre un iraní-gringo y ese cártel fundado y dirigido por paramilitares, que antes fueron militares y recibieron adiestramiento del Pentágono y de los kaibiles de Guatemala.
En ese contexto reapareció mediáticamente el caso del ciudadano somalí que, según esto, almacenaba explosivos en una casa de la colonia Cuauhtémoc para atentar contra la embajada de Estados Unidos en México. Anteayer, en Washington, al comparecer ante un comité que investiga el operativo Rápido y furioso, Hillaryrectificó, según ella, a solicitud de Calderón, su opinión sobre los cártelesmexicanos: no son insurgentes, son terroristas, afirmó, en sintonía con la campaña delNYT y el WP, o sea, de ella misma.
Y ayer, de nuevo, en primera plana, el WP aseguró que Calderón mandó a la Marina, el Ejército y la Policía Federal a detener vivo o muerto a El Chapo Guzmán, lo que es más falso que un Rólex chino. Por su parte, desde Veracruz, la propia Marina afirmó que Los Zetas tuvieron que salir corriendo de esa entidad (lo que de ser cierto, nada bueno augura para Tabasco y Puebla).
¿Vienen las tropas de Obama a salvarnos? Si la decisión ya se tomó, debemos, como dice Galeano, dormir con un ojo abierto, porque la violencia se recrudecerá como nunca, para que los televidentes del otro lado de la frontera se horroricen hasta que estén listos para aplaudir el histórico anuncio de la operación militar (¿Cómo se llamará: Tormenta en la taquería?) que supuestamente restablecerá el respeto a los derechos humanos de nosotros, luego de bombardearnos y hacernos pinole.
Para que el plan siga su marcha, Calderón tendrá que volver a repetir, una y otra vez, lo que por enésima declaró el jueves: el Ejército se mantendrá en las calles el tiempo que sea necesario. Y en entrevista con La Jornada, su mínimo y fiel Ernesto Cordero, que no logra ni quiere disimular su parecido con Mister Bean, baló así: “debemos mantener la estrategia actual contra el narco” .
Según NYT, Cordero, el gallo calderónico para 2012 va a la cola de todos los precandidatos del país. Pero si el plan del hombrecito de Los Pinos se lleva a cabo, como lo anticipó Desfiladero hace cuatro sábados, en el proceso interno del PAN ganará la nominación por dedazo, a pesar del berrinche que ya está haciendo desde ahora la señora Vázquez Mota, cuyo apellido materno no casa con la guerra contra(jajaja) el narco.
Mientras el destape de Cordero aguarda la hora de la verdad, la gente de Marcelo Ebrard, con el delegado de Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, a la cabeza, persiste en su empeño de anular las elecciones internas de dirigentes del PRD, meta que, en caso de ser alcanzada, dejará a ese partido fuera de los comicios presidenciales de 2012, pero no a Ebrard. Porque si éste saca de la cancha alinstituto creado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas, alegará que ya no tendrá caso que compita con Andrés Manuel López Obrador, para que las encuestas determinen cuál de los dos es el mejor posicionado, en un partido que prácticamente habrá dejado de existir.
Y si eso llegara a suceder, lo que no es imposible, sino al contrario, ¿qué hará Ebrard con toda la simpatía que por él siente, y todos los millones de votos que quiere darle, la profesora Elba Esther Gordillo? Obvio: irse al PAN, en lugar de Cordero. En todas partes en donde se hace oír, la cacique chiapaneca repite que podría apoyar a Peña Nieto, pero que anhela irse con Ebrard, su adorado güerito.
México, hay que volver a decirlo, sólo tiene una salida para seguir existiendo como país, y no como protectorado de Estados Unidos: impulsar un modesto pero irreversible proceso revolucionario, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien después de ganar las elecciones, el próximo primero de julio, tiene previsto poner en marcha un programa de emergencia para dar empleo a dos millones de personas en las primeras nueve semanas de su gobierno, y luego a cinco millones más. ¿Aplicando un modelo que inventó quién? ¿Hitler? ¿Mao? ¿Stalin? ¿Kadafi? ¿Sadam Hussein? No. El presidente Franklin D. Roosevelt, al inaugurar el New deal –o nuevo pacto social– en Estados Unidos.
El New deal, dice Wikipedia, es el programa que Roosevelt desarrolló entre 1933 y 1938 para luchar contra los efectos de la Gran Depresión de 1929, con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y redinamizar la economía estadunidense, herida por el desempleo y las quiebras en cadena.
Por eso, esta columna ha leído atónita la declaración que el excelentísimo señor presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gerardo Gutiérrez Candiani, emitió de viva voz el pasado miércoles en Oaxaca: AMLO debe demostrar que no está contra la iniciativa privada. ¿Cómo, cómo? ¿No será más bien la iniciativa privada, o más concretamente esa iniciativa privada es –la que forma el pequeño club de los dueños de todo– la que debe demostrar que no está en contra de más de 100 millones de mexicanos hartos de soportar sus abusos? ¿O qué pretendió decir realmente el vocero de esos señoritingos de nariz quirúrgicamente respingada? ¿Que el máximo dirigente opositor del país les jure de rodillas, como lo hizo Enrique Pelo Tieso en Querétaro, que está dispuesto a entregarles Pemex?

octubre 29, 2011

Carmen Aristegui entrevista a Cuauhtémoc Cárdenas








AMLO en EL Almohadazo




La ofensiva


Luis Javier Garrido
L
a crisis del sistema financiero global de 2011 la enfrentan los poderes trasnacionales con una nueva ofensiva buscando hacerle pagar a los pueblos el costo del modelo capitalista neoliberal, y en México el gobierno de Felipe Calderón, que se asume como su representante, busca acelerar en este tramo final la imposición de cambios regresivos, valido ahora de la posición que están asumiendo los principales aspirantes a sucederle en Los Pinos.
1. La situación crítica del mundo occidental en este 2011 evidencia que los grandes poderes trasnacionales no tienen otra opción para enfrentar el desastre que crearon que acelerar el desmantelamiento de los estados nacionales y de los derechos de los pueblos, como se está haciendo en Europa, donde lo mismo en Grecia y en Portugal que en España o en Italia, la exigencia del poder es proseguir cancelando los derechos históricos de la gente, y en particular las garantías laborales, el derecho a la jubilación y a la seguridad social, y a la educación pública gratuita, mientras se blindan cada vez más los privilegios de los bancos y de las grandes trasnacionales.
2. Las demandas delirantes y casi cotidianas de Felipe Calderón a la oposición pretendiendo que le aprueben las contrarreformas laboral, energética y en materia de seguridad nacional obedecen a las exigencias de la administración Obama que así le está condicionando su apoyo para 2012.
3. El gobierno panista ha proseguido entregando de tal suerte el control del país a las agencias estadunidenses que operan de manera cada vez más libre, como reconoció el 26 la titular de Relaciones Exteriores, y ofreciendo los recursos estratégicos a las trasnacionales, pero esto, al parecer, ya no le basta para garantizar la permanencia del PAN en Los Pinos, por lo que el escenario electoral se sigue enrareciendo.
4. El proceso por el que atraviesa el país, y que se acelera en estos meses finales del sexenio calderonista, entraña una ofensiva sin precedentes del gobierno de Washington y de las multinacionales con la pretensión de liquidar, antes de julio de 2012, lo que queda del Estado nacional mexicano, a) estableciendo mecanismos de un control firme de las agencias estadunidenses sobre el territorio de México, sus costas y fronteras; b) cancelando el principio de que la nación tiene derechos originarios sobre sus recursos estratégicos; c) haciendo nulos los derechos sociales de los mexicanos, garantizados en nuestra carta constitucional, en materias laboral, de salud, de seguridad social y de educación; para reducir a México a ser d) un simple territorio de ocupación de las multinacionales, como buscan hacer con los países árabes y del norte de África.
5. Los aspirantes a la candidatura presidencial tanto del PAN como del PRI, comprometidos con intereses privados y no con los reclamos y aspiraciones de los mexicanos, parecen inmersos en un escenario de sometimiento cada vez mayor a las exigencias trasnacionales, y aparecen como dispuestos, sin reparo ni principio alguno, a seguir entregando como botín al capital trasnacional los derechos de la nación y de los mexicanos.
6. El aspecto más evidente es la precampaña de Enrique Peña Nieto en pos de la investidura presidencial del PRI, durante la cual ha manifestado sumisión absoluta a las exigencias trasnacionales, tanto para desmantelar a la nación y proseguir con la guerra contra el narco (entregando a Washington el control del territorio nacional), como para modificar la organización democrática del país estableciendo un régimen autoritario, lo cual es contrario al orden constitucional. Algunos analistas estiman que resulta positivo que quien será el abanderado priísta en 2012 dé a conocer qué se propone. En 1988, Salinas engañó a los mexicanos prometiendo en su campaña defender la Constitución y a los mexicanos, y una vez en el cargo, aplicando el modelo neoliberal vendió (se autovendió) la mayor parte de las empresas públicas e inició el proceso de cancelación de los derechos sociales, pero ahora Peña Nieto por lo menos anuncia que se propone hacer lo mismo que pretende el PAN, y ya nadie puede llamarse a engaño.
7. La entrega del petróleo y de los demás recursos estratégicos de México al capital extranjero ha sido la tesis central de los panistas para, según ellos, hacer crecer la economía, y ahora lo es abiertamente también la de los priístas. Tras la exigencia presentada por Jeffrey Davidow, ex embajador estadunidense, el domingo 23 en el foro de empresarios México, cumbre de negocios, efectuado en Querétaro, de que México supere un tabú y entregue el control de su petróleo a las multinacionales, Peña Nieto, pasando por alto los principios de los artículos 27 y 28 constitucionales, llamó al día siguiente a los mexicanos a ser audaces y abrir a las multinacionales la explotación y refinación del crudo, lo cual, según reseñó La Jornada el martes 25, provocó el aplauso de los empresarios salinistas asistentes al acto organizado por Miguel Alemán Velasco, entre los cuales se hallaban Ricardo Salinas Pliego, Julio A. Millán y Gerardo Gutiérrez. México, había dicho Peña Nieto días atrás al Financial Times del 19 de octubre, ha sido rehén de una ideología que ha retrasado el desarrollo y esto hay que cambiarlo.
8. Y para no ser menos, ante otra pretensión de Washington, regresar a una forma de gobierno más autoritario, similar a la de los años del PRI, Peña Nieto se adhirió a la propuesta de su oponente priísta, el senador Manlio Fabio Beltrones, de establecer coaliciones forzosas en las cámaras legislativas para crear una mayoría artificial, evidentemente de los dos partidos neoliberales –PAN y PRI–, única vía, según él, para que pueda gobernar el próximo presidente. Durante el tercer foro regional organizado por la Fundación Luis Donaldo Colosio del PRI con vistas al programa para 2012, Peña Nieto pasó por alto que el régimen presidencial que establece la Constitución de 1917 supone que el Congreso sea un contrapeso y freno del Ejecutivo, y demandó, como Beltrones, un modelo autoritario que establezca por ley un presidencialismo en el que el Ejecutivo controle mecánicamente a un Legislativo dócil que le apruebe todas sus pretensiones de cambios constitucionales y legales.
9. La propuesta pretende ignorar así que la responsabilidad central del Presidente de la República es aplicar la ley, y no pretender modificar el orden constitucional cancelando de manera subrepticia derechos a la nación y a los mexicanos para dar gusto al capital multinacional, como hace el gobierno de factode Calderón con la complicidad en muchos casos de los priístas.
10. El pueblo indignado, que ha clamado en todos los modos su ¡Ya basta!, parece dispuesto ahora a abordar otras formas de lucha y de resistencia.

octubre 21, 2011

El alquimista


Luis Javier Garrido
E
l gobierno declinante de Felipe Calderón no muestra tener otra alternativa para imponer a su sucesor que la de manipular fraudulentamente las elecciones, extremando entre otras cosas la guerra sucia contra las fuerzas de oposición, lo que lo ha llevado a buscar el respaldo de la administración Obama y de las principales fuerzas políticas de Estados Unidos a sus acciones ilegales, para lo que les está haciendo nuevas concesiones, por lo que de no frenársele el destino de México estará cada vez más comprometido.
1. El proceso electoral de 2012 se ha iniciado en un clima antidemocrático que no tiene precedentes en la historia reciente, marcado por dos factores centrales: a) un clima de violencia generado por Calderón con su “guerra contra el narco”, que no lo es, pero que entre otras cosas busca amedrentar a los mexicanos, por lo que la está intensificando mediante sus grupos paramilitares, y b) por un activismo desbocado del titular de facto del Ejecutivo, que escudándose en el estatuto de impunidad no escrito que han tenido los gobernantes mexicanos, está teniendo todo tipo de injerencias en el proceso electoral buscando manipularlo, todavía con la lejana expectativa de poder imponer en 2012 al candidato de la extrema derecha.
2. Las acusaciones lanzadas por Calderón al PRI en una entrevista con The New York Times, pretendiendo que su regreso sería un peligro para México porque los priístas están dispuestos a pactar con el narco, y que tras una campaña fascistoide orquestada por Gobernación llevaron al PRI a acusar –el pasado martes– a Calderón y al PAN ante el IFE por violar el marco constitucional del país, no son más que un anuncio de lo que viene y que muchos pretenden no ver: un individuo como Calderón, que llegó a la Presidencia por un macrofraude electoral para satisfacer los intereses de unos cuantos grupos, no se va a detener en su ambición, y por eso está buscando ya, por otra operación fraudulenta, imponer a su sucesor.
3. Las evidencias se multiplican día a día en el sentido de que Calderón pretende por todos los medios imponer a Ebrard como candidato presidencial del PRD por medio de una encuesta fraudulenta, a fin de que sea un candidato testimonial (pretendiendo así cerrar el camino a López Obrador), y que al mismo tiempo busca destruir la imagen de Enrique Peña Nieto y del PRI con una campaña de acusaciones, presentándolos como aliados del narcopoder, lo cual ha abierto un enorme debate en el país, en el cual las declaraciones de Vicente Fox recomendando el día 18 que el nuevo gobierno “pacte con el narco” no son más que un ejemplo del extravío de la clase política.
4. La discusión sobre cuáles deben ser las políticas del Estado ante el narcotráfico, planteada de manera sofista por el gobierno del PAN como una disyuntiva entre a) “la guerra contra el narco”, que ya se sabe que no es tal, sino un ardid para desmantelar al Estado nacional, y b) los pactos con el narco, que según Calderón caracterizaron a los gobiernos del pasado –sin que pueda documentarlo–, es en todo caso falsa, pues las cosas no son como dice la propaganda oficial ni fueron nunca como él pretende, ya que los panistas, siguiendo las instrucciones de la administración Obama, ahora están protegiendo a algunoscárteles (con los que tienen acuerdos) y oponiéndose a otros para que Washington regule el mercado.
5. La cuestión primordial es, por el contrario, determinar si el poder público debe actuar ante el narcotráfico en un marco de legalidad y racionalidad, o como lo está haciendo Felipe Calderón: siguiendo órdenes del extranjero por oscuros móviles políticos, transgrediendo todas las normas legales y violando los derechos de los mexicanos al actuar en plena irracionalidad fascistoide: no para combatir el narcotráfico, que se ha expandido notablemente durante su gestión, ni para terminar con la violencia, que se ha extendido sin cesar, sino para satisfacer intereses facciosos sin dejar por eso de proseguir entregando el control del aparato estatal a Washington.
6. En Estados Unidos, por ejemplo, como en casi la totalidad de los países occidentales (salvo Colombia y México), hay políticas instituidas frente al narcotráfico en las que los poderes públicos lo aceptan como una realidad, con una tolerancia fundada en la imposibilidad de exterminar a miles de productores, traficantes y consumidores, como Calderón y la derecha mexicana, fanática y delirante, pretenden que van a hacerlo, sin esconder que lo que buscan en realidad es generar un escenario de caos para propiciar que se acelere el desmantelamiento de la nación. Nadie acusa en Estados Unidos, por ejemplo, al presidente Obama de “tener acuerdos con el narco” por no lanzar a grupos paramilitares y al ejército a generar un baño de sangre en las ciudades estadunidenses ni por no impedir que la droga llegue a los consumidores de su país.
7. Los sectores más injerencistas de Estados Unidos están actuando, por consiguiente, de manera cada vez más falaz e hipócrita para extremar el escenario que han creado con la complicidad de Calderón, conforme al cual los cártelesmexicanos amenazan la seguridad de Estados Unidos. Las acusaciones, que ahora se dirigen en el sentido de que los narcos mexicanos reclutan a niños estadunidenses en Texas (La Jornada 18/10/2011), y de que organizaciones terroristas de Medio Oriente, con la complicidad de los narcos mexicanos, están actuando desde el territorio de México, son a todas luces mentirosas, pero no por eso no se están imponiendo como verdades en Estados Unidos.
8. El anuncio hecho el pasado día 11 por el procurador Eric Holder de que habían desarticulado un complot iraní (en el que habría participado “un cártelmexicano”) para asesinar al embajador saudita en Washington, y que buscaba dar al gobierno de Obama justificaciones para intervenir militarmente en Irán y en México, fue estimado como mentiroso por la prensa estadunidense, pero la gran diferencia se suscitó en las reacciones que se produjeron en las naciones acusadas, pues mientras Teherán lo rechazó como un montaje, el gobierno de Calderón lo estimó como cierto: dándole razón a las pretensiones de Washington.

octubre 20, 2011

AMLO: No a monopolios en radio y TV


No se cancelarán concesiones ni se expropiarán medios de comunicación; habrá competencia, en lugar de monopolios: AMLO

México, Distrito Federal 
Jueves 20 de octubre de 2011



* Palabras de Andrés Manuel López Obrador en la 53 Semana Nacional de la Radio y Televisión, que organiza la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT)

Amigas y amigos de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión:

Como es sabido, el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, integrado por millones de mexicanos de todas las clases sociales y corrientes del pensamiento, tiene como objetivo fundamental la transformación de la vida pública de México.

En la pluralidad que caracteriza nuestro movimiento, nos une la convicción de que el país requiere un cambio de fondo y estamos decididos a llevarlo a cabo por la vía democrática y de manera pacífica.

Desde nuestro punto de vista, las reformas que requiere el país se pueden resumir en cuatro grandes propósitos: honestidad, empleo, justicia y seguridad.

I. La honestidad es la mayor riqueza de las naciones y, en México, desgraciadamente, este imprescindible valor se ha venido perdiendo. La mayor responsabilidad en este proceso de degradación recae, sin duda, en la falta de integridad de las autoridades públicas. Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de sus gobernantes. Por eso, nuestra propuesta consiste en elevar a rango supremo la honestidad, empezando por limpiar de corrupción al gobierno.

Lograr este propósito nos permitirá obtener recursos que, actualmente, se van por el caño de la corrupción y, al mismo tiempo, se tendrá la autoridad moral necesaria para eliminar el gasto superfluo destinado a la alta burocracia y aplicar una reforma fiscal progresiva como lo establece la Constitución General de la República.

Además de ser un imperativo ético, la honestidad implica combatir la corrupción, aplicar un plan de austeridad republicana y abolir los privilegios fiscales. Hemos hecho el análisis y se tienen los estudios necesarios para afirmar que con estas tres medidas, se podrían liberar hasta 800 mil millones de pesos para el desarrollo económico y el bienestar de la población; es decir, el 6 por ciento del Producto Interno Bruto.

II. Hoy la falta de empleo, junto con la inseguridad, son los dos principales problemas de México. Ambos males se alimentan y nutren mutuamente: no se generan empleos y eso produce inseguridad, y la falta de ésta, ahuyenta la inversión e impide mantener y crear nuevas fuentes de trabajo. Baste ver lo que sucede con el turismo y la fuga de capitales de estados del norte por la emigración de pequeños y medianos inversionistas que se han visto obligados a refugiarse en ciudades fronterizas de los Estados Unidos.
Por eso, nos proponemos romper esta dualidad perversa, reactivando con urgencia la economía y creando empleos.

Debemos tomar en cuenta que, en los últimos 28 años, de 1983 a la fecha, el crecimiento del Producto Interno Bruto ha sido en promedio de 2.3 por ciento y, si consideramos el aumento de la población, el per cápita es de 0.4 por ciento anual, una de las tasas más bajas del continente americano y del mundo. Y, como es obvio, si no hay crecimiento económico, no puede haber empleos.

Por ejemplo, en los últimos 15 años, se han generado solamente 500 mil empleos formales en promedio por año, cuando se requieren alrededor de un millón 200 mil. En otras palabras, 700 mil mexicanos por año, sólo han tenido como opción la emigración o la economía informal.

Para frenar esta tendencia e iniciar el camino hacia el crecimiento económico, nos proponemos llevar a la práctica proyectos de desarrollo de alto impacto para la creación de empleos. Puntualmente planteamos:

1. Rescatar al campo e impulsar la autosuficiencia alimentaria.

2. Sembrar un millón de hectáreas de árboles maderables en el sureste del país, para crear empleos, detener el fenómeno migratorio y mejorar el medio ambiente.

3. Integrar y utilizar al sector energético como palanca del desarrollo. En específico, construir cinco grandes refinerías que aumenten el valor agregado del petróleo crudo, generen empleos y sustituyan las importaciones de combustibles que hoy nos cuestan más de 20 mil millones de dólares por año.

4. No permitir las prácticas monopólicas y establecer como prioridad la libre competencia. Actualmente, por los monopolios se pagan precios exagerados que quitan a las familias entre 10 y 15 por ciento de sus ingresos y son un freno al crecimiento económico y al empleo.

5. Dar prioridad al desarrollo de la pequeña y mediana empresas, con energéticos y créditos baratos, con protección ante precios exagerados de insumos, impuestos altos y burocratismo.

6. Crear un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec. Este proyecto se propone aprovechar la ubicación estratégica y la cercanía en esta franja del territorio nacional para unir al Pacífico con el Atlántico y, con ello, facilitar el transporte de mercancías entre los países de Asia y la costa este de los Estados Unidos.

Se trata de un corredor de 300 km, donde se construiría una línea ferroviaria para el transporte de contenedores, se ampliaría la carretera existente, se rehabilitarían los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos y se instalarían plantas para ensamblar piezas y fabricar manufacturas.

La construcción de estas obras y las fábricas que se instalen, generarán un importante número de empleos, para evitar que los jóvenes de esta región sigan emigrando hacia el norte en busca de oportunidades de trabajo.

7. Impulsar la industria de la construcción para reactivar pronto la economía y crear nuevos puestos de trabajo. En lo específico, se proponen los siguientes proyectos:

a) un programa de un millón de acciones de mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda en el medio urbano y rural, para generar 500 mil empleos;

b) Obras y servicios públicos (introducción de agua potable, drenaje, construcción de pavimento, de escuelas, hospitales y espacios para la recreación y deporte) en colonias populares del Valle de México, en ciudades fronterizas y en las periferias de las urbes más pobladas del país;

c) Nuevas carreteras, sobre todo, en el sur-sureste; así como un programa para atender a 362 municipios (15 por ciento de los 2,456 que existen) cuyos pueblos no cuentan con caminos pavimentados para trasladarse a sus cabeceras municipales. La construcción de estos caminos debe hacerse con el uso intensivo de mano de obra comunitaria para crear empleos y fortalecer la economía local.

d) Un nuevo aeropuerto internacional en Tizayuca, Hidalgo, con la operación de un tren moderno y rápido hacia la ciudad de México.

e) Trenes rápidos o de gran velocidad de la Ciudad de México hacia la frontera con Estados Unidos, así como el tren turístico y cultural de la ruta maya: Cancún-Chichén Itzá-Mérida-Campeche-Palenque.

Los proyectos enumerados representan inversiones anuales entre 266 mil y 332 mil millones de pesos, o sea, del 2 y 2.5 del Producto Interno Bruto. Esto elevaría la tasa de inversión de la economía de 20 al 22.5 por ciento del PIB y con la participación social y privada, que es posible anticipar en estos proyectos, la inversión de la economía llegaría a 25 por ciento del PIB. Con ello, la tasa potencial de crecimiento económico se elevaría de 2.5 en la actualidad, a 5 o a 6 por ciento de forma sostenida. Con lo cual se podrían generar un millón 200 mil empleos que se requieren anualmente.

III. También sostenemos que es indispensable reducir la enorme y monstruosa desigualdad que existe en nuestro país. No solo se trata de un asunto moral, sino del hecho de que sin justicia no hay garantía de seguridad ni de tranquilidad ni de paz social. Nadie, ni siquiera los más prósperos, por la lógica más elemental, podrían dejar de considerar esta lacerante y amarga realidad. La pobreza debe avergonzarnos, pero también debe preocuparnos a todos.
En consecuencia, se promoverá con decisión el desarrollo social en dos vertientes: por un lado –como ya se ha expresado— se impulsará el crecimiento económico y la creación de empleos para mejorar los ingresos de la gente y con ello se elevará la calidad de vida en general. Pero en tanto se alcanza ese nivel de desarrollo, y dada la situación de pobreza extrema en el país, es urgente sentar las bases del Estado de bienestar, que contemple cuando menos los siguientes apoyos: pensión universal para los adultos mayores y discapacitados; atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuenten con seguridad social; apoyos a madres solteras y educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares. En este tema se contempla otorgar becas a estudiantes de escasos recursos, así como asegurar el cien por ciento de inscripción a todos los jóvenes que quieren ingresar en los niveles medio superior y universitario. No seguir rechazando a los jóvenes que quieren estudiar.

IV. Tenemos claro que, sin garantizar la tranquilidad y la seguridad pública, resulta ociosa cualquier nueva propuesta de nación. Y les comparto que estamos preparados y decididos a resolver la actual crisis de inseguridad y de violencia. Lo haremos, no solo con criterios policiacos, como se ha hecho hasta ahora, con los resultados que todos conocemos, sino bajo el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. La solución de fondo, la más eficaz y la más humana, pasa por combatir el desempleo, la pobreza, la desintegración familiar, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas para los jóvenes. La violencia no debe enfrentarse con violencia, sino combatiendo las causas que la provocan, atendiendo a los jóvenes y ofreciendo mejores condiciones de vida y de trabajo.

Lo primero será crear una atmósfera de progreso y justicia. Por ejemplo, se pondrá en marcha un programa para incorporar a los jóvenes al trabajo y al estudio. Algo parecido a lo que hizo el presidente Roosevelt de Estados Unidos, cuando ocurrió la gran depresión en 1929. Entre otras medidas, creó las condiciones para hacer realidad el derecho de todos al empleo, le llamó empleo pleno: en nueve semanas puso a laborar a 4 millones de personas, la mayoría jóvenes.

El programa nuestro se llamará Jóvenes Construyendo el Futuro y se irá casa por casa apuntando, incorporando a los jóvenes al trabajo. En poco tiempo, se atenderá a 7 millones de muchachas y muchachos que actualmente no tienen oportunidad ni de estudio ni de empleo.

Esta nueva política será complementada con las siguientes medidas: no se perseguirá a una banda para proteger a otra, se aplicará la ley por parejo; se acabará con la incierta impartición de justicia; todas las dependencias y niveles de gobierno trabajarán coordinadamente, el Presidente de la República tendrá reuniones diarias con el gabinete de seguridad; se va a desterrar la corrupción de los cuerpos policiacos, profesionalizando y mejorando los ingresos de los agentes de todas las corporaciones; se protegerán los derechos humanos; se le seguirá la pista al dinero y se solicitará, con firmeza, al gobierno estadounidense que se prohíba la venta de armas destinadas a nuestro país.

En el caso de la relación con Estados Unidos, estamos por una cooperación para el desarrollo. En vez de que nos envíen helicópteros militares, lo que queremos es que haya cooperación para echar a andar la economía en nuestro país y crear empleos, porque es la mejor forma de enfrentar el flagelo de la violencia y también de atemperar el fenómeno migratorio.


Amigas y amigos:

La transformación de México requiere de la participación de todas y de todos, y ustedes son actores fundamentales, entre otras cosas, porque los medios de comunicación deben cumplir con su función social y deben garantizar el derecho del pueblo a la información. Asunto, que en honor a la verdad, no se ha podido concretar debido a que prevalecen en los medios de comunicación intereses económicos y políticos que se sitúan por encima del interés general, aunque hay, desde luego, honrosas excepciones.

Por eso creemos que es indispensable democratizar los medios de comunicación. Esto lo lograremos sin expropiar empresas o quitar concesiones, con respeto a la legalidad, buscando siempre convencer y persuadir con argumentos, y enfrentando las prácticas monopólicas con la más amplia competencia. Lo he dicho en otras ocasiones y lo repito ahora a manera de ejemplo: si Carlos Slim, como cualquier otro ciudadano desea tener un canal de televisión, no tendrá ninguna limitación. De igual forma, si Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego o cualquier otro ciudadano desean invertir en la telefonía, también podrán hacerlo.

No va a haber monopolios. Ustedes saben que todos los monopolios son dañinos, sobre todo el monopolio del poder. La democracia es competencia, que el ciudadano pueda elegir entre varias opciones.

En cuanto a la libertad de expresión, es un derecho que nada ni nadie debe impedir o condicionar. Nada de censura, es preferible el exceso de libertad que el autoritarismo.

Ojalá –lo digo de manera sincera— que en estos tiempos definitorios para la vida pública de México, los medios de comunicación estén a la altura de las circunstancias.

Ojalá que se aleje la tentación de algunos medios, en especial de una televisora, que por respeto no voy a decir su nombre, de querer imponer al próximo Presidente de México, mediante la falta de equidad, la mercadotecnia y la promoción descarada de solo uno de los aspirantes.

Ojalá, ningún medio, nadie, por más poder que detente, se proponga querer suplantar el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades.

Termino diciendo que nuestro movimiento no se guiará nunca por el afán de venganza, no nos mueve el odio, sino el amor al prójimo. Tenemos un objetivo superior y sublime: la transformación de México.

Muchas gracias.



SESIÓN DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS


Sr. Aguirre: Buenos días Andrés. El día de ayer le preguntaba a Marcelo, en una conferencia desde Dubai, que si el fuese candidato, qué le ofrecería a los ciudadanos, para ganar su voto en contra de Andrés Manuel López Obrador. La misma pregunta te la hago Andrés. Qué le ofrecerías a los votantes, a los ciudadanos mexicanos, para que pudiéramos votar por ti.

López Obrador: Lo que ya expresé: honestidad, empleo, justicia y seguridad. Eso es lo que nosotros ofrecemos.

Sr. Aguirre: quizá la pregunta no fue tan precisa. Qué ofrecerías para diferenciarte de Marcelo Ebrard. Cuál sería la diferencia.

López Obrador: Los ciudadanos saben qué representamos cada uno y vamos a dejar a ellos que sean los que juzguen. Yo no quiero la confrontación con Marcelo, no voy a dar pié a eso, es hasta de mal gusto decir: Yo ofrezco esto, mi compañero y mi amigo no ofrece. No. Yo lo que creo es que hace falta un cambio de régimen, si no hay un cambio real en el país, no vamos a encontrar la salida ni como pueblo ni como nación.

Yo de lo que estoy convencido es que este régimen ya dio de sí, ya dio de no, ya se pudrió este régimen de corrupción, de privilegios, de injusticias, y que entre más tiempo se conserve, se mantenga, peor nos va a ir como pueblo y como nación.

Creo que no vamos a salir de la decadencia en que estamos, si no logramos entre todos un verdadero cambio. Estoy convencido de eso, por eso estamos buscando que se llegue a esa conclusión, porque si seguimos con más de lo mismo, no hay salida, se los puedo garantizar. Se requiere un cambio de fondo, para darle nueva viabilidad a nuestra nación.

Sr. Jorge López Martínez: Yo tengo dos vertientes de trabajo: el radio y el campo. Tengo 56 años en la radio. Yo digo o más bien exijo lo que debe realizar y, como una vez le dije a Fox, desarrolla al país por polos productivos. . . . . .

López Obrador: Coincido en que hay que regresar al campo. Parte de la crisis actual, de la decadencia, se debe a que se apostó, entre otras cosas, a la especulación financiera y se dejó de lado la economía real, se dejó de fomentar la actividad productiva y la creación de empleos. Llegaron a decir, cuando implantaron este modelo llamado neoliberal, que no hacía falta producir en México lo que consumíamos, porque en un mundo globalizado se podía comprar afuera lo que se necesitaba y se abandonó el campo y todas las actividades productivas. Se abandonó la industria, se dejaron de crear empleos. Entonces, se requiere regresar al campo, buscar la autosuficiencia alimentaria, producir en México lo que consumimos.

Tenemos que cambiar la política económica, porque no ha funcionado y no es un asunto de tipo ideológico o político, es de juicio práctico. Si no impulsamos la actividad productiva, no hay empleos. Raro sería que no hubiese inseguridad y violencia después de 28 años sin crecimiento de la economía y sin generar empleos.

Lo acabo de expresar. Se requieren un millón 200 mil empleos al año, por los nuevos demandantes de trabajo, y en promedio se generan 500 mil o 700 mil, y solo tienen como opción la economía informal o la migración.

Entonces, tenemos que echar a andar la economía y generar empleos. No es posible que México, en los últimos años, ocupe el último lugar en crecimiento económico, entre todos los países del continente Americano, inclusive que estemos por debajo de Haití.

Entonces, si no se rompe con este estancamiento, no esperemos que las cosas mejores. Lo más preocupante de todo es que hay una actitud conservadora. Quieren seguir manteniendo el mismo régimen, la misma política económica, a pesar de lo que está sucediendo en el país. A pesar de que se está destruyendo al país, no hacen nada por cambiar o modificar políticas que una y otra vez han demostrado que son un fracaso.

Entonces, regresar al campo, la actividad productiva y la generación de empleos. Todo esto, también es importante aclararlo, sin inflación, porque siempre se nos dice: ¿De dónde va a sacar el dinero?

Por eso empecé hablando de que con tres medidas: si se combate la corrupción, pero en serio, si se limpia al gobierno, de arriba hacia abajo, como se limpian las escaleras, se logra un ahorro hasta de 300 mil millones de pesos.

Nuestro presupuesto es de 3 billones 500 mil millones de pesos y ustedes saben bien que mucho dinero del presupuesto se va por el caño de la corrupción. Si hacen una carretera que cuesta 100 millones, la cobran en 300 y por la complicidad que se establece, hasta de mala calidad.

Entonces, es un cáncer que está destruyendo al país. Entonces, combate a la corrupción, que hay que hacerlo por razones de índole moral, sino para liberar fondos para el desarrollo.

Lo segundo. Un plan de austeridad republicana. La nómina del gobierno, de esos tres billones 500 mil, cuesta 860 mil millones al año. Esa es la nómina, pero como todo, ahí hay los sueldos de médicos, de maestros y de otros servidores públicos que cumplen con su responsabilidad social, pero también están los sueldos de los altos funcionarios públicos.

El 3 por ciento de todos los que trabajan en el gobierno se llevan de esa nómina 190 mil millones de pesos al año. Estamos hablando de sueldos de 300, 400 y hasta 500 mil pesos al mes. Nada más con reducir a la mitad los sueldos de los que están en la punta de la pirámide, se tendrían ahorros del orden de 90 a 100 mil millones al año, con una sola medida, y agreguen que todos los servidores públicos del más alto nivel, tienen servicio médico privado, por 6 mil millones de pesos al año, y tienen seguro; para cuando terminan una función, se van a otra, abandonan el gobierno o renuncian, se llevan esos ahorros.

Si un funcionario gana 200 mil pesos al mes, deja de ahorro el 10 por ciento, es decir 20 mil pesos, y el gobierno con dinero del presupuesto, que es dinero de todos, le aporta otros 20 mil. De manera que ya ahorró 40 mil al mes.

Cuando se retira se lleva todo eso y mantener esa caja de ahorro cuesta 5 mil millones al año y así muchas otras cosas. Entonces, austeridad republicana.

Lo tercero: Reforma fiscal progresiva. No es posible que la mayoría de los mexicanos pague impuestos y los que obtienen más ingresos no paguen o cuando pagan impuestos, se los devuelven. Eso no pasa en ninguna otra parte del mundo.

La Constitución es muy clara. Los impuestos se deben cobrar de manera progresiva y tiene que pagar más quien tiene más. Eso no sucede en nuestro país. Entonces, se tiene que terminar con todos estos privilegios. Hay un mecanismo que se creó desde 1973, que se llama de Consolidación Fiscal, estamos hablando de los grandes, de 400 grandes corporaciones, que se les permite que tengan una empresa por tanto la principal y se les permite crear otras empresas para manifestar pérdidas y en el balance general, aunque la empresa principal obtenga utilidades, termina por no pagar impuestos. Esto no es posible.

Lo mismo pasa en el caso de la minería. Se han concesionado 52 millones de hectáreas del territorio nacional a empresas mineras. De Salinas a la fecha son 52 millones de hectáreas y nuestro país tiene 200 millones de hectáreas y han concesionado el 26 por ciento del territorio nacional.

Ni durante el porfiriato se enajenó tanto suelo patrio. Bueno, ahí están las consecuencias. La mayor parte son empresas mineras extranjeras, pero no pagan impuestos por la extracción de minerales, porque también en el periodo de Salinas se derogó el impuesto para la extracción de minerales y solo pagan un derecho de 5 pesos al año por hectárea.

Entonces, ¿cuál es nuestro planteamiento? No se van a quitar concesiones, no vamos a actuar de manera arbitraria, pero vamos a procurar que paguen impuestos, en el caso de las compañías canadienses, como pagan impuestos en Canadá. Allá tienen que pagar 15 por ciento por la extracción de minerales. Que cuiden el medio ambiente, que no destruyan el territorio, como están obligados a hacerlo en Canadá y, si es posible, que paguen a los trabajadores mexicanos lo que pagan a los mineros en Canadá.

Entonces, con éstas tres medidas: combate a la corrupción, austeridad, porque fui jefe de gobierno y llevé a la práctica esta medida y sé que se puede y, tres, reforma fiscal progresiva, se pueden liberar hasta 800 mil millones de pesos y con ese recurso impulsar el desarrollo sin endeudamiento, sin inflación, es decir sin déficit fiscal, manteniendo equilibrios macroeconómicos.

¿Cuál es la diferencia de lo que nosotros proponemos en economía a lo que se ha venido haciendo? De que los mecánicos de ahora resolvieron atender el problema, porque el carro caminaba pero se calentaba, había crecimiento pero había inflación, y decidieron, para que no hubiese inflación, lo mejor era apagar el carro. Desde luego ahora no hay inflación, pero el carro no camina.

¿Qué es lo que nosotros proponemos? Que camine el carro, que haya crecimiento sin que se caliente, sin que haya inflación, y eso se puede lograr si se apuesta a que haya ahorros en el manejo del presupuesto. Que no haya endeudamiento y que no haya déficit, que haya finanzas sanas.

Y sí se puede, porque es mucho el derroche, es mucho el gasto superfluo, y se puede lograr con el mismo presupuesto un ahorro y liberar fondos para el desarrollo.

Sr. Rogerio: Qué gusto verte Andrés. Me gusto mucho lo que dijiste, pero tengo varias dudas, varias preguntas. La primera, todos los países ricos en el mundo, Estados Unidos, Inglaterra y Europa están pasando por una crisis económica brutal…. Por qué no podemos seguir la ruta de países como China, Corea del Sur, Singapur, Taiwan y Chile, Brasil y Perú, que tienen una cosa en común: subieron el impuesto al consumo, para que así lo pagan todos sin excepciones, bajar el Impuesto Sobre la Renta y quitar el IETU. IVA para arriba e ISR para las personas y empresas para abajo. La otra, cómo vas a poder manejar los sindicatos corporativos en el momento, ya viste lo que pasó con Luz y Fuerza, qué pasaría con Pemex, y el Seguro Social, en el momento en que tú quieras quitar la corrupción de los sindicatos, el de Elba Esther, vas a ver las huelgas y la parálisis. O sea no es tan fácil, traemos 80 años de corrupción.

López Obrador: La diferencia está en que en esos países ha habido crecimiento de la economía, porque se ha fomentado la actividad productiva y en México no. Eso explica mucho el por qué las tasas de crecimiento en China y por qué China es la fábrica del mundo, porque ha sido prioritario para ellos el impulsar la actividad productiva y crear empleos y fortalecer su mercado interno y tener capacidad de exportar.

Esto no se ha planteado en nuestro país. Llevamos 28 años sin políticas de fomento económico, entonces esa es la diferencia.

En lo fiscal hay que buscar la fórmula más adecuada, evitar que haya evasión fiscal. Nosotros no planteamos crear nuevos impuestos ni aumentar los impuestos. Lo que planteamos básicamente es terminar con los privilegios fiscales.

Esto que hablé de la consolidación fiscal y de otras prebendas que hacen muy injusto todo lo que tiene que ver con la contribución o pago de impuestos.

Paga más impuestos un pequeño y un mediano empresario o un trabajador asalariado o un integrante de la clase media, que uno de los más prósperos del país, proporcionalmente hablando y esto no se puede aceptar, hasta multimillonarios del mundo están hablando que quieren pagar más impuestos.

Eso, creo yo, es necesario.

Acerca de la seguridad, yo creo que es un tema que a todos preocupa y siento que si hay honestidad arriba, se va a poder resolver el problema.

Si no se tiene autoridad moral, no se puede gobernar el país, menos en las circunstancias en que se encuentra. También les digo que si no nos hubiesen robado la Presidencia, no estaría así el país, se los aseguro, y el ejemplo no sería Brasil ni Lula, sería México.

Muchas gracias.





octubre 15, 2011

AMLO en España habla sobre REPSOL


 
 

El desplegado


Luis Javier Garrido

La iniciativa de un grupo de políticos y académicos confundidos para instaurar obligatoriamente en México, tras una contrarreforma constitucional, gobiernos de coalición para asegurar un Ejecutivo fuerte que pueda imponer los programas neoliberales, no es sino otra tentativa autoritaria más –bastante torpe, por cierto– para hacer inviable la voluntad de los mexicanos en 2012 y salvar al régimen actual, que se halla en abierta descomposición.


1. El gran capital trasnacional está requiriendo cada vez más de gobiernos autoritarios, y las presiones que se dan en todo el mundo van en esa dirección, por lo que lo raro hubiese sido que en México no se produjeran, como ahora se hace una vez más tratando de destruir la parte orgánica de la Constitución de 1917 con el pretexto aparente de hacer más funcional al gobierno cuando no cuente con un respaldo mecánico del Legislativo, pero con la pretensión real de quitarle derechos al pueblo al negociar todo a sus espaldas, por lo que esta iniciativa nace muerta por su obviedad.


2. El desplegado, difuso y ambiguo, suscrito por 46 personas, que publicaron los matutinos el lunes 10 para impulsar las coaliciones, no es otra cosa que una tentativa más que, con el pretexto de ser la quintaesencia de la tolerancia, busca establecer un autoritarismo a nivel constitucional. El mal redactado documento contiene verdades de Perogrullo, medias verdades y afirmaciones aberrantes que evidencian la ignorancia constitucional de sus redactores, pero no dice con claridad lo que quieren, por lo que su verdadero sentido hay que buscarlo en su origen y en las declaraciones que los abajofirmantes han multiplicado.


3. El documento no hace otra cosa que cristalizar una propuesta del senador Manlio Fabio Beltrones, que, ardido porque no va a ser el candidato del PRI a Los Pinos, ha sugerido a lo largo de este mes establecer un semiparlamentarismo en el que cree tener la posibilidad de ser un primer ministro, ya que considera que en estos años ha fungido desde el Senado como vicepresidente, según el número de Proceso sobre Los aspirantes No. 8 (octubre de 2011), para lo que ha obtenido el apoyo de legisladores y académicos que sintiéndose nuevos Madisons y Jeffersons discutieron varios meses un cambio de régimen (El Universal, 11 de octubre), habiéndose sumado a ellos algunos de los defensores del fraude de 2006.


4. Lo que proponen veladamente Beltrones y sus compañeros de ruta son dos cosas: a) imponer la idea de que las coaliciones son una salida ante el desastre actual (generado, se olvidan, por las pretensiones fascistas de Calderón y El Yunque y no por los mecanismos constitucionales), por lo que todavía podría producirse una coalición electoral (PAN-PRD) en la primavera de 2012 (encabezada por Ebrard o por De la Fuente) para impedir que López Obrador o Peña Nieto lleguen a la Presidencia, y b) una reforma constitucional autoritaria para buscar imponer en 2012 esas coaliciones forzosas en las cámaras a fin de obligar a los partidos neoliberales (PAN y PRI) a actuar de consuno.


5. La noción de gobierno de coalición, que parecería generosa, no logra empero ocultar lo que estos personajillos buscan, la mitad obnubilados porque López Obrador va a ser el candidato de las fuerzas populares y tiene enormes posibilidades de ser presidente en 2012, y la otra mitad enfurecidos porque Peña Nieto va a ser el abanderado del PRI y puede también llegar a Los Pinos, pero todos desconcertados porque la extrema derecha no tiene un candidato viable. No lo dicen en el documento, pero como son muy torpes lo han expresado a los medios, como Marcelo Ebrard, que declaró a El Universal el día 11 que sólo con una coalición (PAN-PRD) se podría impedir el regreso del PRI, aunque no explica cómo el PAN, favorable a la entrega de Pemex a las trasnacionales, a la privatización de las instituciones de salud y de seguridad social y a acelerar la entrega del país a Washington, podría coaligarse con un partido que sostiene lo opuesto.

6. El argumento falaz en que reside esta propuesta deriva del fracaso panista, pues una y otra vez sus signatarios, sin ocultar su añoranza por la mecánica del PRI, han sostenido, siguiendo la campaña de desinformación orquestada por Los Pinos, que en México hay un gobierno bloqueado en las reformas fundamentales por el Congreso, cuando lo cierto es que sólo en algunos casos (muchos menos de lo que el país requería) las bancadas del PRI, del PT y de Convergencia se han opuesto a algunas de las aberrantes contrarreformas enviadas por Calderón (como la de seguridad nacional y la laboral), lo que constituye, por otra parte, la esencia del régimen presidencial, lo que pretenden desconocer los promotores de esta propuesta totalitaria. “Para que no pueda abusarse del poder –escribió Montesquieu en El espíritu de las leyes, al hablar de la división de poderes–, es preciso que, por disposición misma de las cosas, el poder detenga al poder.”

7. Ese es el fundamento del régimen presidencial, y la función del Legislativo es actuar como un freno y contrapeso del Ejecutivo, como ha sido el caso en Estados Unidos, donde surgió este régimen político. Desde 1860, en que todas las elecciones presidenciales han sido ganadas por un demócrata o por un republicano, la mayor parte del tiempo ahí ha existido un Congreso adverso a la Casa Blanca (como acontece ahora con Obama), lo que ha sido estimado como la esencia de la democracia, pues obliga al presidente a negociar con el Congreso, y nadie, salvo en los tiempos recientes, en que eso molesta al Tea Party, habla como en México de un gobierno dividido, concepto usado por quienes añoran el autoritarismo y ofrecen salidas para mejor servir al capital trasnacional.

8. Las coaliciones y alianzas existirán siempre, pero en libertad y no por la fuerza, salvo en los regímenes parlamentarios en que son necesarias en los casos en que un partido no tiene la mayoría en el Parlamento, cuya función es la de designar al primer ministro y prevalecer sobre él.

9. La afirmación que cierra el documento de que si ningún partido dispone de mayoría en la Presidencia y en el Congreso, se requiere una coalición de gobierno, constituye una mentira absoluta, pues confunde lo político con lo jurídico. En la Presidencia en primer lugar no hay minorías ni minorías, pues el titular del Ejecutivo es una persona y no sus colaboradores, y si lo que pretenden es un gabinete plural éste, no debe olvidarse, se da en el régimen presidencial como consecuencia de la libertad del Ejecutivo para integrarlo, como se dio con Zedillo, que incorporó a un panista, o con Fox, que llevó a varios priístas a su equipo, y no por una imposición forzosa.

10. El país deberá decidir en 2012 sobre dos proyectos: el neoliberal de Peña Nieto y el alternativo de López Obrador, y no deberá poder impedírsele al pueblo decidir libremente el futuro de México, por lo que a quienes pretendiéndose demócratas buscan confundir e imponer un autoritarismo hay también que espetarles un contundente ¡Ya basta!

octubre 13, 2011

Conferencia Magistral de AMLO en España


Madrid , España
 Jueves 13 de octubre de 2011

* Conferencia Magistral de Andrés Manuel López Obrador en el Salón de Actos de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañon

Muchas gracias a todos ustedes. Al doctor José Ortega Varela, presidente de la fundación Ortega y Gasset. Voy a leer un texto.

No vengo a hablar de nuestra apasionante relación histórica, con sus excesos, bondades, malos y buenos momentos. Vengo a exponer mi punto de vista sobre lo que está aconteciendo en mi país y en el mundo.

El pueblo de México, como el de América y Europa, está padeciendo por una tremenda crisis producida, en lo fundamental, por ese disparate llamado neoliberalismo.

En esencia se trata de un sistema que ha permitido el engrandecimiento de pocos a costa del sufrimiento de muchos. Y si esto no fuese cierto, que alguien nos explique por qué en una época aciaga para la inmensa mayoría de nuestros pueblos, existe una pequeña minoría que no deja de acumular riquezas y poder como nunca se había visto en la historia de la humanidad.

Por ejemplo, en 1991, hace 20 años, la revista Forbes, que publica la lista de los hombres más ricos del mundo, hablaba de que 274 potentados poseían, cada uno, más de mil millones de dólares, pero este año la misma publicación registra que hay mil 210 personas que tienen más de mil millones de dólares. Y lo obsceno es que hace 20 años, los 274 magnates acumulaban en conjunto 483 mil millones de dólares y ahora los mil 210 poseen 4 billones 284 mil millones de dólares. Es decir, en dos décadas, la fortuna de esta élite mundial se elevó más de 10 veces.

Todo esto, al mismo tiempo que millones de seres humanos viven en la pobreza y en la angustia de no tener ni siquiera para lo más indispensable. Reitero: lo que prevalece en el mundo es un sistema en el cual la prosperidad de unos pocos se sustenta en la miseria de muchos. Aunque todavía no se termine de entender y de aceptar esta infame y amarga realidad.

Por eso, es hora de iniciar la búsqueda de algo nuevo para alcanzar una convivencia social justa, humana y más igualitaria.

En México ya iniciamos el camino hacia ese ideal de dignidad y justicia como forma de vida. Pero antes de explicarles lo que estamos haciendo, quiero dar a conocer nuestro diagnóstico sobre los males que aquejan y atormentan a nuestra nación.

La crisis de México viene de tiempo atrás, aunque se precipitó desde la década de los 70, cuando un grupo de potentados en el ámbito internacional, ordenó a sus técnicos y a sus políticos diseñar y aplicar un nuevo modelo para dominar a los estados nacionales y apoderarse de los recursos naturales y de los bienes de la inmensa mayoría de los seres humanos.

Con esa encomienda, los ideólogos de la derecha inventaron una serie de recetas y recomendaciones que fueron sembrando, con el apoyo de los medios masivos de comunicación, en la mente de millones de personas para tratar de justificar la codicia y el pillaje.

Así, divulgaron e impusieron criterios tan absurdos como la supremacía del mercado; la utilización del Estado sólo para proteger y rescatar a las minorías privilegiadas y, desde luego, proclamaron que las privatizaciones eran la panacea.

También postulaban y siguen sosteniendo que el nacionalismo económico es anacrónico y la soberanía un concepto caduco frente a la globalidad; que se debían cobrar menos impuestos a las corporaciones y más a los consumidores; que eran más eficientes y honrados los administradores privados que los públicos; que debía predominar lo económico sobre lo político y lo social; que el Estado no debía promover el desarrollo ni procurar la distribución del ingreso porque, si le iba bien a los de arriba, les iría bien a los de abajo, con la idea peregrina de que si llueve fuerte arriba, gotea abajo, como si la riqueza en sí misma fuese permeable o contagiosa.

Con todos estos llamados “paradigmas”, que no son más que una retacería de enunciados sin fundamento teórico ni científico, los barones del dinero, con la colaboración de los organismos financieros internacionales, lograron implantar la agenda de las llamadas “reformas estructurales”, modificaron los marcos legales y sometieron en lo esencial a la mayoría de los gobiernos del mundo.

En el caso de México, estas políticas comenzaron a impulsarse desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), y se profundizaron durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). En éste periodo, no sólo se adoptaron todos los dogmas del neoliberalismo de manera puntual, sino que se utilizaron como parapeto para llevar a cabo el peor saqueo de las riquezas y de los bienes de la nación que se haya registrado en la historia del país.

Desde luego, todo esto se hizo acompañar de una intensa campaña propagandística. Inclusive muchos intelectuales y líderes de opinión, repetían como loros sofismas para legitimar el bandidaje oficial y el predominio económico de una minoría por encima del interés público.

Para llevar a cabo la desincorporación de entidades paraestatales, consideradas “no estratégicas ni prioritarias para el desarrollo nacional”, se ajustó a la medida el marco jurídico y se legalizó la rapiña.

Es más, hubo procesos de licitación y rendición de cuentas ("libros blancos”), pero la verdad es que, en todos los casos, siempre se sabía, de antemano, quienes serían los ganadores en las subastas. Salinas, su hermano Raúl y el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, eran los encargados de palomear, acomodar y alinear a todos los apuntados que participaron en el reparto de empresas y bancos.

Así, en 13 meses, del 14 de junio de 1991 al 13 de julio de 1992, con un promedio de 20 días hábiles por banco, se remataron 18 instituciones de crédito. Además, en cinco años, del 31 de diciembre de 1988 al 31 de diciembre de 1993, se enajenaron 251 empresas del sector público. Es decir, se privatizaron compañías como Telmex, Mexicana de Aviación, Televisión Azteca, Siderúrgica Lázaro Cárdenas, Altos Hornos de México, Astilleros Unidos de Veracruz, Fertilizantes Mexicanos; aseguradoras, ingenios azucareros, minas de oro, plata y cobre, fábricas de tractores, automóviles y motores, de cemento, tubería, maquinaria, entre otras.

La entrega de bienes de la nación a unos cuantos, no sólo se limitó a bancos y a empresas paraestatales. También se privatizaron las tierras ejidales, las autopistas, los puertos, los aeropuertos, la industria eléctrica y se incrementó el manejo de negocios de particulares nacionales y extranjeros en Petróleos Mexicanos.

Para calcular el monto que representó esta operación de traslado de dominio de bienes de la nación a particulares, basta un dato irrefutable: en julio de 1988, cuando se impuso a Salinas mediante un fraude electoral, en la lista de la revista Forbes, sólo aparecía una familia mexicana, los Garza Sada, con dos 2 mil millones de dólares; pero, al finalizar aquel sexenio, ya se habían incorporado a la lista 24 mexicanos más, que en conjunto poseían 44 mil 100 millones de dólares.

Y casi todos estos personajes habían sido beneficiados con empresas, minas y bancos que eran propiedad de todos los mexicanos. Y algo más: en 1994 México llegó a ocupar el cuarto lugar entre los países del mundo con más multimillonarios, un dudoso honor sólo superado por Estados Unidos, Japón y Alemania.

Salinas no sólo entregó empresas y bancos a sus allegados, sino que conformó con ellos un grupo compacto, una nueva oligarquía, con la deliberada intención de convertirse, al término de su sexenio, en jefe máximo.

Con el paso del tiempo, y durante los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón, este grupo no sólo siguió acumulando riquezas, sino que también fue concentrando poder político hasta situarse por encima de las instituciones constitucionales.

En la actualidad sus integrantes constituyen una especie de supremo poder oligárquico y conservador. En los hechos, ellos son los que verdaderamente mandan en el país: deciden sobre cuestiones fundamentales en la Cámara de Diputados y en el Senado, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Instituto y en el Tribunal Electoral, en la Procuraduría General de la República, en la Secretaria de Hacienda y en los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional.

Además, poseen o controlan a la mayor parte de los medios de comunicación del país.

Y como es evidente, ocupados en el pillaje, lo que menos les ha importado es el destino de México. Desde 1983, en sentido estricto, no se trazan planes de desarrollo apegados a la realidad y al interés nacional.

Todo ha quedado supeditado a recetas impuestas por los organismos financieros internacionales y a las llamadas "reformas estructurales" en materia laboral, energética, fiscal y de seguridad social que, en esencia, significan más privatización, beneficios para una élite y costosos retrocesos sociales.

La política aplicada en los últimos 28 años –que no considera, entre otros factores, ni la distribución del ingreso ni el bienestar– ha resultado ineficaz hasta en términos cuantitativos. De 1983 a la fecha, el crecimiento del Producto Interno Bruto ha sido en promedio de 2.3 por ciento y, si consideramos el aumento de la población, el per cápita es de 0.4 por ciento anual, una de las tasas más bajas del continente americano y del mundo.

El gobierno abandonó las políticas de fomento al sector agropecuario, a la industria y al resto de las actividades productivas. Se dividió a PEMEX y a la industria eléctrica, y se rompió la cadena de valor que permite manejar de manera eslabonada e integral al sector energético.

Esto explica en buena medida la paradoja de que México, siendo uno de los principales países productores de petróleo sea, a la vez, uno de los más grandes importadores de gasolinas y de otros petrolíferos en el mundo.

La poca creación de empleos y el abandono del campo y de las actividades productivas provocaron el aumento de los flujos migratorios a los Estados Unidos y México se convirtió en el país que más mano de obra exporta al extranjero.

En la actualidad, el fracaso de esta economía de élite se mide con tasas de desempleo y subempleo del 21 por ciento de la población económicamente activa. Hoy, según cifras oficiales, el 67 por ciento de los trabajadores con empleo, 7 de cada 10, reciben ingresos que no superan los tres salarios mínimos, o sea, 10 euros diarios.

Uno de los resultados más lamentables de la política neoliberal es que, en los últimos 28 años, el número de pobres pasó de 32 a 60 millones; es decir, casi se duplicó.

Asimismo, duele decir que de 2007 a la fecha, por la llamada “guerra contra el narcotráfico”, han perdido la vida alrededor de 50 mil mexicanos, muchos inocentes y en su mayoría jóvenes que no tuvieron oportunidades y fueron obligados por las circunstancias a tomar el camino de las conductas antisociales.

En pocas palabras, la violencia en México se ha originado, en buena medida, por la falta de empleo, por el empobrecimiento del pueblo y porque se le ha cancelado el futuro a los jóvenes que no tienen posibilidad ni de trabajo ni de estudio.

Ahora bien, nosotros qué estamos haciendo. Desde hace cinco años hemos venido construyendo, desde abajo y con la gente, el Movimiento Regeneración Nacional, conocido por sus siglas como MORENA.

Este proceso inició luego del fraude electoral del 2006, cuando decidimos no rendirnos, no claudicar y seguir luchando hasta lograr la transformación de la vida pública de México.

En este periodo, con acciones de resistencia civil pacífica, hemos defendido el petróleo, los derechos sociales y la economía popular.

Nos ha tocado recorrer, palmo a palmo, el territorio nacional y celebrar miles de asambleas informativas en las plazas públicas para mantener encendida la llama de la esperanza.

Lo más importante ha sido el trabajo que han dedicado, muchas mujeres y hombres, libres y conscientes, a la difícil pero indispensable tarea de organizar al pueblo para renovar al país.

MORENA es fruto de ese esfuerzo colectivo. Y aunque todavía no se consolida por completo, ya cuenta con 2 mil 223 comités municipales y 38 mil 136 comités de base, integrados por 183 mil dirigentes. También han aceptado participar como Protagonistas del Cambio Verdadero o como representantes del gobierno legítimo 4 millones 200 mil ciudadanos. Y todos los días, miles de personas se están anotando o adhiriendo a nuestro movimiento.

Forman parte de esta gran organización, indígenas de todas las etnias, campesinos, pescadores, obreros, trabajadores independientes, maestros, estudiantes, profesionales, comunicadores, productores del campo –sean comuneros, ejidatarios o pequeños propietarios– artesanos, artistas, intelectuales, científicos, comerciantes y empresarios.

Se trata de un movimiento amplio, plural e incluyente, integrado por mujeres y hombres de distintas corrientes de pensamiento. Hay católicos, evangélicos de todas las denominaciones, creyentes de otras religiones, agnósticos, ateos y libres pensadores.

Hace once días se constituyó MORENA como asociación civil y se conformaron los órganos de dirección del movimiento.

Quiero subrayar que MORENA es un espacio abierto, libre, plural, deliberativo, donde participan militantes de partidos y ciudadanos sin partido. En nuestro movimiento se acepta que un ciudadano pueda pertenecer a MORENA y, al mismo tiempo, ser miembro de un partido, de una organización sindical, empresarial o de un movimiento social o ciudadano.

En MORENA no existe un pensamiento único, hay pluralidad, pero coincidimos y nos une un objetivo superior: la transformación de la vida pública de México. Y a eso convoca MORENA a todos los movimientos sociales y ciudadanos, a mujeres y a hombres de buena voluntad, a que juntos construyamos un nuevo pacto social, un acuerdo donde realmente se respeten la Constitución y las leyes, con compromisos muy puntuales como, por ejemplo, que habrá democracia participativa, mediante el referéndum, el plebiscito y la revocación del mandato; plenas libertades para hacer negocios pero no influyentismo, corrupción ni impunidad; no se permitirán privilegios fiscales ni monopolios; se eliminará el gasto destinado a mantener las canonjías de la alta burocracia; será prioritario impulsar actividades productivas para reactivar el crecimiento económico y generar empleos; se enfrentará el flagelo de la violencia combatiendo la pobreza, incorporando a los jóvenes al estudio, al trabajo, a la recreación y al deporte; se democratizarán los medios de comunicación; se cuidará el medio ambiente; se evitará la explotación irracional del petróleo y de otros recursos naturales no renovables; no se malgastará la herencia de las nuevas generaciones; las riquezas de la nación y el fruto del trabajo de los mexicanos se distribuirán con justicia y nunca más se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión y en la miseria de muchos.

Se tiene claro que dadas las circunstancias del país, por muy justas y nobles que sean otras causas, lo principal es luchar por un cambio de régimen. Sin ello, no hay posibilidad de buen gobierno, de empleo, bienestar, justicia, independencia, respeto a los derechos humanos, seguridad, tranquilidad ni paz social.

Dicho de otra forma, la decadencia actual que se expresa en crisis económica, política, en pérdida de valores, en descomposición social y violencia, no podrá frenarse y superarse, si el pueblo no mete en cintura a quienes, movidos por la ambición al dinero y al poder, mantienen secuestradas a las instituciones públicas, sin importarles el sufrimiento de la gente y el destino de la nación.

Tengamos en cuenta que quienes se creen los dueños de México, los integrantes del supremo poder oligárquico y conservador, que son los principales responsables de la tragedia nacional, están decididos a mantener, a costa de lo que sea, el régimen caduco de opresión, corrupción y privilegios.

Es evidente que quieren perpetuarse en el poder, mediante el truco de la supuesta alternancia entre el PRI y el PAN, cuando en realidad se trata de lo mismo. Es el llamado gatopardismo, que consiste en que las cosas en apariencia cambian para seguir igual.

Estamos conscientes de que nuestro propósito de transformar a México no es un asunto sencillo. No sólo es enfrentar a un candidato o a un partido político, sino derrotar en buena lid y de manera pacífica a un grupo de intereses creados muy poderosos.

Pero también creemos, inspirados en las enseñanzas de nuestra historia, que el poder de los opresores es demasiado débil cuando gobiernan contra la voluntad de los pueblos.

Siempre hemos pensado que las tiranías, las dictaduras, los cacicazgos duran hasta que el pueblo quiere.

De igual manera, es pertinente señalar que cuando triunfe nuestro movimiento, nadie será perseguido o desterrado. Buscamos justicia, no venganza. No nos mueve el resentimiento ni el odio, sino como decía Ortega y Gasset "tenemos una razón vital": el amor al prójimo y a la patria.

Sencillamente anhelamos que el gobierno deje de estar al servicio de una minoría y represente de verdad a todos los mexicanos. Queremos patria para todos. Patria para el pobre. Patria para el humillado.

Asimismo, aunque nuestro movimiento va más allá de lo electoral, no vamos a dejar pasar la oportunidad que vendrá con las elecciones presidenciales de julio de 2012. Siempre en la historia de México, cuando hay una elección presidencial, se producen condiciones favorables para lograr un cambio de régimen.

Por eso, en los próximos nueve meses que faltan para la elección presidencial, nos aplicaremos a fondo para despertar conciencias y lograr en este plazo el triunfo electoral que dé inicio a una etapa nueva en la vida pública de México.

En este periodo pasarán muchas cosas, no sólo por el ambiente de incertidumbre que existe, sino porque el pueblo tendrá necesariamente que pensar si decide o no ser dueño y constructor de su propio destino.

Amigas y amigos:

En nuestros recorridos por el México profundo y en diálogos circulares con la gente, hemos aprendido algunas lecciones que resumo y comparto con ustedes:

1. Si no hay un cambio de régimen no será posible detener el proceso de degradación que padecemos.

2. Los cambios que se requieren no se van a dar de arriba para abajo. Sólo el pueblo puede salvar al pueblo y sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.

3. Nada se logra si no se trabaja en informar, concientizar y organizar al pueblo. Y este esfuerzo nunca es en vano, tarde o temprano habrá frutos.

4. En esta época de decadencia y de pérdida de fe es indispensable buscar salidas, no caer en el desánimo, el escepticismo y la frustración, hay que mantener encendida la llama de la esperanza.

5. Siempre se produce un proceso de transformación cuando la gente toma conciencia de que unida y organizada puede más que sus opresores.

6. El objetivo no es llegar a ocupar cargos políticos o administrativos, sino la renovación tajante de la vida pública.

7. Aunque los dados estén cargados o las cartas estén marcadas, hay que apostar a la transformación por la vía pacífica y electoral. La violencia no es el camino, al contrario, sirve de pretexto al autoritarismo y propicia más sufrimiento.

8. Ante la crisis de la llamada clase política, es indispensable la formación y el surgimiento de líderes honestos con propósitos más elevados que sus legítimas aspiraciones personales.

9. Si los partidos de izquierda no están a la altura de las circunstancias hay que reformarlos y si de plano esto no es posible, debe optarse por construir, desde abajo y con la gente, nuevos partidos o crear movimientos amplios, pero no dedicarse únicamente a lo espontáneo, a lo sectorial, gremial o social, sino trabajar siempre en concientizar y organizar al pueblo para cambiar el régimen.

10. Hay que tomar en cuenta que la crisis actual no es sólo por falta de bienes materiales, sino también por la pérdida de valores espirituales, morales y culturales, por eso es indispensable auspiciar una nueva corriente de pensamiento, para alcanzar un ideal moral, cuyos preceptos exalten el amor a las familias, a la naturaleza y a la patria; con apego a la verdad, la dignidad, la tolerancia y la cultura; e insistir que la felicidad no se logra acumulando riquezas, títulos o fama, sino estando bien con nuestras conciencias, con nosotros mismos y con el prójimo.

Muchas gracias a todas y a todos ustedes.